Muchas de las cosas que usamos hoy día creemos que han sido inventadas hace nada, que tal ingenio práctico no podía ser creado de otra forma antes del siglo XX o XXI. También un error común es desdeñar o menospreciar a nuestros ancestros creyendo que por vivir en un momento con tecnología mucho más rudimentaria a la actual, habían sido menos inteligentes o poco prácticos, e incluso por caer en dicho prejuicio infundado pensamos en cosas sobrenaturales cuando nos preguntamos por los vestigios que nos dejaron, como las pirámides, cayendo en hipótesis disparatadas como influencia alienígena o cosas parecidas que nos dejan en evidencia a nosotros mismos si nos comparásemos con ellos, por no ser objetivos. En 5000 años nuestra inteligencia no ha variado mucho, aunque sí hemos avanzado en conocimientos, pero muchos de esos conocimientos se deben a cosas que descubrieron ya los antiguos.
Para tener una idea de cómo muchas de las cosas que tenemos no han sido ideadas en el siglo anterior o éste, piensen ¿qué utensilio emplearíamos para sacar el agua de nuestras piscinas para cambiarla o cómo expulsaríamos el agua de nuestra casa si se inundara por una fuerte riada?, el que lo tenga, usaría un motor 0 bomba achicadora de agua.
Algo tan maravilloso fue ya empleado por los griegos y romanos, cuando hacia el 148 a.C. Ctesibio de Alejandría desarrolló una bomba de pistones achicadora de agua de doble acción gracias a la disposición de cámaras y válvulas, que con una palanca se accionaba manualmente hacia arriba y hacia abajo, succionando y expulsando agua. Otro modelo estaba construido por una cadena de cubos en un sistema de poleas, en un circuito cerrado, que evacuaba el agua de la sentina, arrojándola a un bidón en la cubierta superior donde se vaciaba en un conducto que iba a los bordes del barco.
Obviamente las que tenemos actualmente son mucho más rápidas y automáticas, sin embargo no deja de ser algo mucho más práctico y ligero que sacar el agua a baldes. También variantes de esas bombas achicadoras fueron las empleadas en el siglo XIX, como las que observamos en las películas del Salvaje Oeste, donde iban a una fuente y halando de una manivela salía agua.
En definitiva: nihil novum sub sole.
Alejandro Valle
Fuentes:
Michael Pitassi, Roman warships
M-B. Carre; M-P. Jézegou; «Pompes à chapelet sur des navires de l’antiquité et du debut du moyen âge», Archaeonautica.
Dibujos: elaboración propia
EXPERIENTIA DOCET 