MÉXICO ANCESTRAL: TEOTIHUACÁN I (Localización espacio temporal y breve historia)

MÉXICO ANCESTRAL: TEOTIHUACÁN I (Localización espacio temporal y breve historia)

A diferencia de Europa y cómo estamos acostumbrados a fechar la Historia en Occidente, el periodo clásico mesoamericano no coincide con el Europeo cronológicamente. El Europeo, Antigüedad clásica, corresponde  desde el VIII a.C. a el V d.C., como fechas más genérica, sin entrar en debate ahora. Sin embargo en el caso de Mesoamérica, cada vez es más complicado de fechar, debido a que se van teniendo muchos más conocimientos con el paso del tiempo, algo que hace posible una periodización más exacta y una diferenciación más profunda de las distintas culturas que convivían en la zona. Elementos importantes serían el inicio del sistema de escritura maya conocido como de Cuenta Larga cuyo desarrollo abarcaría desde el 300 al 900 d.C.; también el sorprendente desarrollo de la ciudad de Teotihuacán que abarcaría desde el año 1  hasta su declive en el 700 d.C., en contraposición de las ciudades mayas del sur, que no se desarrollarán hasta el siglo IX y las del norte en el siglo XI. Así pues habría que añadir periodos transitorios en la división tradicional del tiempo en Mesoamérica, es decir, entre: Preclásico, Clásico y Postclásico. Es muy complejo, como se mostrará en la siguiente tabla, ya que sigue sin ser aplicable con unanimidad a todas las culturas que tienen diferentes ritmos históricos entre sí, existiendo periodos muy amplios de hasta 1000 años, como es el clásico, un periodo caracterizado por el surgir de las ciudades y por tanto la manifestación  de la existencia de instituciones capaces de organizar  amplias áreas en sistemas integrados, ya sea por razones políticas, comerciales, religiosas o por todas a la vez; además de ser una etapa donde se alcanzan máximos logros artísticos y de monumentalidad.

Fechas mesoamérica redimensionado

Lejos de este debate cronológico, nos centraremos en Teotihuacán (1-750 d.C.), una ciudad situada en torno al lago Texcoco, en el valle de México (centro de México), a orillas del río San Juan y , orientada a un volcán llamado «Cerro Gordo», morada del dios Tlaloc, dios de la lluvia. Su nombre original se desconoce, sólo se conserva el que le pusieron los aztecas cuando la descubrieron, significando «ciudad de los dioses«, momento en el que ya estaba deshabitada, siendo los aztecas los primeros arqueólogos de la zona, ya que quedaron fascinados con las ruinas, razón por la que se consideraron herederos de su cultura y copiaron sus tradiciones y adoptaron sus símbolos. Una nota curiosa es que allí se encontraron huesos de mega fauna, es decir, antiguos mamíferos gigantes que poblaban América como el Megaterio, algo que interpretaron como que aquél lugar fue habitado por gigantes, leyenda que caló incluso en los castellanos a su llegada al continente.

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El lago Texcoco, aledaño a Teotihuacan, se sitúa sobre un altiplano de 2000 metros de altura y es alimentado endorreicamente por  múltiples ríos, como el San Juan y el San Lorenzo. En él ya se habían ubicado otras poblaciones del neolítico, sobre una de las cuales se ubica Teotihuacan, sin embargo, ésta no estaba sola en el contorno del lago, había otras ciudades importantes como Tlatilco, Tlapacoya y, su principal rival, Cuicuilco. Éste lago ha sido desecado paulatinamente por los distintos habitantes que han convivido desde el principio hasta ahora, siendo más acusada la desecación a partir del periodo Hispánico, todo para ganar tierras de cultivo, algo que ya hacían los prehispánicos creando islas artificiales, siendo muy famosas las de los aztecas. La zona ocupada por los teotihuacanos es la del noreste, con muy buenas tierras para el cultivo, y con el tiempo acabarán concentrándose en esa zona la mayoría de la población del valle, dando gran poder a Teotihuacán como núcleo urbano más importante.

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Avenida de los muertos. Al fondo la pirámide de la luna, a la derecha la pirámide del Sol, en primer plano la «ciudadela».

Teotihuacán se hallaba en una zona muy estratégica, pese a ser una zona semiárida (parecida a la andaluza) con precipitaciones de entre 500-600 mm, pues se situaba en la cuenca del río San Juan con unos 500 km² de zona rica para el cultivo; estaba muy cerca de las sierras que le proporcionaban madera de pino, sauce, encina y ciprés, depósitos de sal y piedra (basalto, sílex, cuarzo…); situada a 20 km de canteras de obsidiana de Cerro de Olivares (Otumba) y a 50 km del Cerro de las Navajas (Pachuca); además de estar en el paso de comunicación entre el valle de México (donde se sitúa el lago Texcoco) y el Valle de Puebla.

Vista aérea de Teotihuacán.
Vista aérea de Teotihuacán.

La historia de Tehotihuacan se divide en cuatro subetapas:

  • Teotihuacan I (1 d.C al 150 d.C)
  • Teotihuacan II (150 d.C al 450 d.C)
  • Teotihuacan III (450 d.C al 650 d.C)
  • Teotihuacan IV (650 d.C al 700 d.C)

Teotihuacán I (1-150):

También conocido como fase Tzacualli (ver tabla). La ciudad se extenderá en 150 años hasta unos 20 km², con un poderoso incremento de población entre 30 y 60 mil habitantes, al empezar la concentración de la población, sobre todo a partir del 100 d.C., posiblemente debido a la erupción del volcán Xitle y la posterior decadenca de Cuicuilco, su principal rival, por lo que el resto del valle sólo tendrá aldeas dispersas al concentrarse aquí el 80-90% de la demografía. En este periodo ya se definen los ejes centrales Norte-Sur y Este-Oeste, orientados a «Cerro Gordo» y llegarán a alcanzar los 3 km de longitud. También se construyó la pirámide del Sol  y de la Luna (al norte), ésta última de menor tamaño a la que se construye posteriormente; y en donde iría la «ciudadela» (al sur), como denominarán los españoles, se alza un pequeño templo. Se denota también que Teotihuacan se está convirtiendo en un centro de peregrinación muy importante. Por su parte ya se comerciaba con obsidiana de Otumba, a 20 km, convirtiéndose en base de su economía. Además, ante la multitud que habita en ella, se traza una compleja red de drenajes y canales.

Teotihuacan II (150-450):

Este subperiodo se divide en Miccaotli (150 a 250) y Tlamimilolpa (250-450), como se ve en la tabla.

En Miccaotli ocurre una gran expansión física urbana de Teotihuacán, alcanzando los 22’5 km², y su esplendor en la esfera religiosa, política y mercantil. Lo mercantil queda revelado en la datación de objetos de obsidianas de esta época en territorio Maya, cientos de kilómetros de la zona; lo religioso en la relación de la pirámide del Sol y la Luna con un nuevo palacio llamado Quetzalpapálotl, mediante el emplazamiento de la Calzada de los Muertos, unido a un amplio conjunto de montículos de templos, plataformas y estructuras residenciales de la alta sociedad, con compone la «Ciudadela», que comprende unos 400 metros de largo, en donde también se contruye entre el 150-250 d.C. el templo de Quetzalcóatl de 160.000 m², siendo finalizado completamente en el siglo IV d.C.

En la fase de Tlamimilolpa (250-450), fue una época donde ocurrió algo muy importante en el 300 porque la ciudad será destruida, posiblemente por una sublevación generalizada, y posteriormente reconstruida mediante construcciones habitacionales del estilo de conjuntos de apartamentos. En esta época se finalizan las obras en la «Ciudadela» y la pirámide de la Luna definitiva, con su tamaño actual, además de cubrir parcialmente el templo de Quetzalcóatl con una estructura adosada. En el aspecto sociopolítico es el momento en el que los teotihuacanos abandonan la teocracia y comienza la secularización gracias a la expansión comercial y política, consecuencia de ello serán los nuevos núcleos de habitación permanentes que se dan dentro de la ciudad, que será planificada con un patrón de parrilla.

Tehotihuacan III (450-650)

Conocida como fase Xalolpan en la que la población alcanza cotas de entre 125.000 y 200.000 habitantes, alcanzando su máxima expansión urbana con unos 25 km². Su influencia territorial es tal, la máxima que tendrá, que llega a Kaminaljuyú, Tikal (ambas Guatemala) o Copán (Honduras) y a ella llegan extranjeros creando barrios donde se congregan, como gente de Monte Albán (suroeste mexicano) y del Golfo de México. Por ende, se convierte en una ciudad cosmopolita en Mesoamérica. Sin embargo su decadencia se da a finales de esta fase, dando comienzo a la siguiente.

Teotihuacan IV (650-700)

Teotihuacan IV o Metepec es un corto periodo de decadencia total de la ciudad, impulsada sobre todo cuando aconteció un gran incendio que devastó el centro de la misma que provocó una emigración hacia otras zonas del lago Texcoco, como Texcoco (al sur de Teotihuacan), ciudad homónima que el lago, Chalco e Ixtapalapa  (suroeste). La caída de Teotihuacan provoca un vacío de poder que provoca la competencia entre varios centros urbanos importantes del lago.

Conclusiones:

Teotihuacán será una ciudad modelo de Mesoamérica, los aztecas querrán imitarla, pero no logrará alcanzar sus 25 km² quedándose sólo en 10 km² su capital México/Tenoxtitlán, situada al suroeste del lago en una de las islas del lago. Teotihuacán fue un ejemplo de expansión religiosa, política y económica en la zona alcanzando un área de influencia de miles de kilómetros cuadrados, ello necesita de un apoyo militar que protegiera las caravanas comerciales, aunque no se suele tildar de violentos ni agresivos a los teotihuacanos, por lo que su imperio sería como el de los fenicios en Europa, una expansión territorial-comercial. Su decadencia y abandono  es algo típico de las grandes urbes de mesoamérica: un vacío de poder en todas las regiones que influía que trae consigo una reformulación político-cultural dando lugar a nuevos centros que controlan enormes regiones. Se dio pues una lenta independencia de centros que estaban en su órbita de poder ante la paulatina decadencia, es decir, cada vez se iba haciendo más débil e incapaz de mantener su dominio, por lo que era común que se fueran perdiendo zonas de control. En esta última etapa la clase militar logra dominar los estamentos sociales de la ciudad, dando señas de dificultades en el periodo Metepec, aunque tampoco puede decirse que fuera todo caótico, ya que hay incidencias de inmigración hacia la ciudad de gentes del Yucatán y del Golfo aún, entre otras regiones y se siguen construyendo edificios de mediana importancia hasta el citado gran incendio que provocó un abandono en masa.

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El alzamiento militar denota esos conflictos sociales que quedan reflejados en  figurillas Metepec hechas a molde que los representan, además de muros altos que se construyen en la Ciudadela. Su centro quedará destruido, es decir, los aledaños a la Calzada de los Muertos, a parte del resto del centro de la ciudad salpicados, que también fueron incendiados como templos y residencias públicas de carácter administrativo y otros centros religiosos importantes, lo que inspira una destrucción ritual, algo que al parecer está vinculado a la idiosincrasia mesoaméricana desde el periodo Formativo. Por otro lado, unidos a este síntoma de destrucción por los propios teotihuacanos, se especula, sin mucho detalle aún, que pudo haber un factor extranjero como los pueblos bárbaros del norte, algo no muy claro hoy día, pero sí se considera que aportó su grano de arena para su desaparición, junto con las zonas explotadas por Teotihuacán, que se habían desarrollado hasta verse capacitados para alzarse y tomar el control  relevándola como El Tajín y Xochicalco; también los Olmeca-xicalanca tomaron Cholula en el 650 o los Toltecas que se habían asentado en Tula hacia el final del siglo VIII, lo que apoya a esta teoría de que no sólo fue un factor interno. Sin embargo Teotihuacán no se abandonará al completo, manteniendo su relevancia en cierto modo, sin recuperarse nunca.

Fuentes:

 MANUEL LUCENA SALMORAL; Historia de Iberoamérica: I.Prehistoria e Historia Antigua, Madrid: Cátedra (2008)